Si has estado embarazada es bastante probable que los hayas tenido en algún momento de la gestación. De hecho, se estima que son bastante más comunes de lo que se piensan. Y, cuando hablamos de antojos, no nos referimos únicamente a que te apetezcan dulces u otros alimentos en un determinado momento del día, con unas ansias irremediables.
También nos referimos a antojos de lo más extraños y extravagantes. Por ejemplo, un tazón de cheetos remojados en yogur de fresa, añadir chucrut a una porción de pizza, tarta de limón con pollo picante por encima, salsa picante acompañada con mantequilla de cacahuetes…
Consejos útiles para comer antojos sanos en el embarazo
Aunque habitualmente empiezan a ocurrir en algún momento del primer trimestre, y alcanzan incluso su punto más álgido a lo largo del segundo trimestre, tienden a disminuir alrededor del tercero.
Y, sobre sus causas, la realidad es que existen algunas teorías dispares. Algunos especialistas señalan como principales «culpables» a las hormonas propias del embarazo, sobre todo a los diferentes cambios hormonales que ocurren al comienzo de la gestación, y que además suelen producirse rápidamente. Otros señalan al trabajo adicional que realiza el cuerpo al necesitar producir más sangre.
Sea como fuere, se sabe que los antojos comienzan prácticamente a la misma vez que las aversiones a determinados alimentos. Pero, en el caso particular de los antojos, lo cierto es que los gustos tienden a ser en realidad bastante variados. Hay mujeres que tienen unos determinados antojos en su primer embarazo, y sin embargo en el siguiente ocurrir todo lo contrario, o incluso simplemente no tenerlos.
En el caso de mi mujer, por ejemplo, durante su primer embarazo tuvo unos antojos terribles a comer pescado, aborreciendo por completo la carne. Mientras que, en el segundo, no solo le apetecía la carne, sino que casi se convierte en mejicana, al no poder resistirse a comer siempre una buena cantidad de nachos con queso, guacamole, judías y jalapeños.
Sobre las preferencias, aunque existen antojos inofensivos que incluso pueden llegar a ser graciosos, en la mayoría de las ocasiones suele optarse por dulces, como helados, chocolate o galletas, comida rápida (como la pizza, hamburguesas o cocina china) o alimentos ricos en almidón.
Aunque esto no puede suponer un problema si los antojos son puntuales, cuando se convierten en una comida diaria sí se pueden ser un riesgo para la salud, especialmente si los antojos no son muy saludables. Por tanto, ¿de qué manera puedes optar por antojos más saludables, si por ejemplo te apetece comer algo dulce?.
Alternativas saludables a los antojos menos saludables
1. Dulces vs Frutas
Una encuesta publicada hace poco encontró que el chocolate y los helados se encontraban entre los alimentos más deseados por las mujeres embarazadas del Reino Unido. Al igual que ocurría con determinados dulces.
Si alguno de estos son tus antojos también durante la gestación, puedes optar por sustituirlos por fruta fresca, que te aportarán no solo el sabor dulce que te está pidiendo el cuerpo en esos momentos, sino también vitaminas, minerales y otros nutrientes más saludables.
2. Helados de crema vs Polos de hielo y fruta
Los helados de crema suelen contener un aporte elevado de grasas saturadas, además de una cantidad bastante alta de azúcares añadidos. Y aunque los puedes comer puntualmente cuando tengas algún antojo, son un problema si los consumes a menudo.
Unos buenos sustituto son los polos de fruta natural, o incluso los sorbetes de fruta, que puedes además elaborar fácilmente en casa.
3. Helados vs yogur
De igual forma, los helados que tanto se desean en verano, y de forma especial durante el embarazo, pueden ser sustituidos por el yogur que está igual de bueno, se toma frío y además tiene mucho más calcio que cualquier helado.
Piensa de hecho, que tu bebé necesita un suministro constante de calcio para sus huesos en crecimiento, y tú lo vas a necesitar para mantener los tuyos fuertes y ayudar a sus nervios y músculos a funcionar. De tres a cuatro porciones de productos lácteos pueden ayudarlo a satisfacer tus necesidades diarias de calcio, y el yogur es una de sus mejores apuestas.
Un solo yogur, contiene tanto calcio como la leche, además está repleto de proteínas y ácido fólico. Los cultivos activos (es decir, las bacterias buenas) en el yogur también pueden ayudar a prevenir el malestar estomacal y las infecciones por hongos (que son más comunes en el embarazo).
Pero no todos los yogures entran en una dieta saludable para el embarazo. Las variedades simples son una mejor opción que las saborizadas, ya que están libres de azúcares agregados y hacen que sea más fácil mantener su consumo de calorías bajo control.
Cómo comerlo: si quieres hacer de este antojo algo más rico y también más saludable, prueba un poco de miel o fruta fresca picada para endulzarlo. Además de comerlo de la taza o tazón, puede agregar yogur a los batidos, agregarle granola para hacer un postre helado crujiente o usarlo en lugar de crema agria o mayonesa en salsas, aderezos o productos horneados.
4. Patatas fritas vs frutos secos
Las patatas fritas son otro de los antojos habituales entre muchas embarazadas. Debido a su exceso en grasas saturadas y en sal, no son una opción muy adecuada cuando son consumidas en grandes cantidades, o de manera regular a lo largo de la gestación.
Una opción interesante son los frutos secos, especialmente aquellos que hayan sido tostados -nunca fritos- y que no contengan sal. Por ejemplo: nueces, pistachos, almendras o los anacardos crudos.
5. Refrescos vs agua de sabores
Está claro, el agua nunca va a poder ser sustituto del sabor que tiene cualquier refresco de cola, y más si estos se te antojan durante el embarazo. ¿Qué puedes hacer entonces? Pues aunque te apetezca como nunca antes, piensa que un solo vaso de refresco de cola, o de naranja o de limón contiene gas suficiente como para hacer que ante cualquier problema de gases debido al embarazo empeore, por lo que es mejor que te hagas por ejemplo, una limonada natural o también que enriquezcas el agua fresca. ¿Cómo conseguirlo?
Puedes hacer agua de sabores eligiendo la fruta que prefieras, cortando esta en dados o en gajos y la metes dentro del agua. Si lo deseas puedes además añadirle un toque dulce con un poco de miel o con una cucharada de azúcar morena. A continuación, metes el agua con las frutas en la nevera y la dejas allí durante unas seis horas. Pasado ese tiempo, comprobarás de qué modo el agua de sabores habrá cambiado de color y tendrá todo el sabor de las frutas que hayas metido dentro. Solo te quedará filtrar ese agua que has obtenido y disfrutar de una bebida refrescante y mucho más saludable para el embarazo.
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