Síndrome de alcoholismo fetal: cuidado si bebes alcohol en el embarazo

El consumo de alcohol, aún en pequeñas o mínimas cantidades, está completamente contraindicado tanto durante la gestación como antes del embarazo. Por lo que deberías evitar el alcohol si estás intentando concebir un bebé, o si incluso crees o piensas que puedes estar embarazada. Y es que, además de otros problemas de salud graves, no beber alcohol en el embarazo es la mejor forma de evitar el síndrome de alcoholismo fetal.

Sindrome de alcoholismo fetal

Este síndrome, también conocido como trastornos del espectro alcohólico fetal, se produce siempre cuando se consume o bebe alcohol durante el embarazo. Entonces, como es lógico suponer, para prevenir este síndrome es no beber alcohol cuando se está embarazada.

¿Qué es el síndrome del alcoholismo fetal?

El síndrome de alcoholismo fetal es un tipo de síndrome que encontramos dentro de los trastornos del espectro alcohólico fetal, dentro del cual también podemos encontrarnos con el síndrome de alcoholismo fetal parcial, defectos de nacimiento relacionados con el alcohol, trastornos del neurodesarrollo relacionados con el alcohol y trastornos neuroconductuales asociados a la exposición prenatal al alcohol.

De hecho, el síndrome de alcoholismo fetal es considerado como una forma severa de este síndrome. Así, un bebé con este síndrome puede tener problemas de audición, visión, memoria, capacidad de atención y habilidades para aprender y comunicarse con normalidad.

¿Cuáles son las causas del síndrome del alcoholismo fetal?

La causa evidente es el consumo de alcohol. De ahí que si no se bebe alcohol durante la gestación, el síndrome del alcoholismo fetal no aparece en el bebé, al no poder producirse.

En este sentido, se sabe que beber alcohol en el embarazo, en cualquier momento durante el embarazo, puede dañar al bebé. Y si bebes cualquier cantidad de alcohol durante la gestación, el bebé puede nacer con este síndrome. No importa la cantidad que sea, aunque sí se sabe que el riesgo es mayor ante cantidades excesivas y prolongas de alcohol.

Es más, el daño al feto puede hacerse en las primeras semanas de embarazo, cuando la mujer aún no sabe que está embarazada. Mientras que el riesgo aumenta exponencialmente a medida que la futura mamá bebe mucho. Por ejemplo, tomar cuatro o más bebidas en el transcurso de 2 a 3 horas.

¿Qué síntomas produce y cómo afecta al desarrollo normal del bebé?

En realidad el síndrome de alcoholismo fetal cubre una amplia gama de problemas, por lo que pueden surgir y aparecer muchos síntomas. De hecho, la gravedad de estos síntomas pueden variar de leve a propiamente grave, y pueden incluir:

  • Rasgos faciales distintivos. Como por ejemplo ojos pequeños y labio superior delgado. La piel entre la nariz y el labio superior puede estar lisa, en lugar de formarse la típica cresta o surco.
  • Problemas de crecimiento. Ya sea durante el embarazo, después del nacimiento o ambos. El bebé como te hemos comentado puede ser más pequeño y pesar menos, en comparación con los bebés de la misma edad. Y, a medida que crecen, los bebés con este síndrome no se ponen al día con el crecimiento.
  • Problemas de visión, audición o con el sistema nervioso central. El sistema nervioso central está formado por el cerebro, la médula espinal y los nervios. El síndrome de alcoholismo fetal puede afectar a alguno de ellos, además de causar problemas de audición o de visión.
  • Otros problemas. Además de los mencionados, también pueden surgir problemas relacionados con el habla y con las habilidades sociales, dificultades de aprendizaje, discapacidad intelectual, retraso en el desarrollo y problemas en el pensamiento o el habla…

Alcohol en el embarazo

¿Es posible saber si el bebé tiene este síndrome?

En realidad no existe una prueba que pueda permitir verificar si el bebé tiene -o no- el síndrome de alcoholismo fetal. No obstante, si el médico sospecha que el bebé quizá pueda tenerla, entonces podría hacer un examen físico para buscar características faciales habituales entre los niños con este síndrome, además de verificar la longitud y el peso del pequeño.

Por otro lado, para verificar y comprobar el estado del cerebro del bebé, se pueden utilizar pruebas como la resonancia magnética, totalmente indolora y segura para el pequeño.

Aunque no existe cura, se sigue un tratamiento multidisciplinar en función de los problemas que puede tener el bebé. Por ejemplo, se sigue la evolución por parte de un pediatra especializado en el desarrollo y crecimiento, un psicológico infantil, de parte de los servicios de intervención temprana, terapias de comportamiento y educación…

Originally posted 2019-08-08 17:26:37.

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