La ecografía del primer trimestre: qué es, para qué sirve y por qué se hace

No hay duda que la atención prenatal es vital tanto para la salud y el bienestar de la futura mamá como del bebé que está por nacer. Y, con frecuencia, una parte importante de esta atención prenatal incluye una evaluación con ultrasonido. Muchos futuros padres están encantados con la oportunidad de ver a su bebé en crecimiento, pero la experiencia puede ir acompañada de una variedad de preguntas, dudas, nervios y también emociones. Una de las ecografías más importantes es la que se realiza en el primer trimestre. ¿Cuándo se hace y por qué es tan útil?.

Ecografía del primer trimestre

¿Qué es la ecografía del primer trimestre de embarazo y cuándo se hace?

Por lo general, el primer ultrasonido -o primera ecografía- se realizará en cualquier momento durante el primer trimestre del embarazo. La mayoría de las veces, las ecografías a lo largo de la gestación se realizan de forma externa, con la ayuda de una varita transabdominal y con un gel que se aplica en el abdomen de la embarazada.

No obstante, cuando la ecografía se lleva a cabo en el primer trimestre, puede ser necesario completar la prueba con la realización de un ultrasonido por vía transvaginal. Para ello, se coloca una varita cubierta con un condón y un gel, el cual se introduce con cuidado en la vagina y permitir así una visualización temprana del bebé.

Para obtener una mejor visión del útero, los ovarios y por tanto del bebé, cuando la ecografía que se lleva a cabo es la transabdominal es necesario que la vejiga se encuentre generalmente llena.

Sobre cuándo es el momento en el que se puede realizar la ecografía, todo dependerá de la evolución de las primeras semanas de gestación y de la inquietud de la madre. Así, por ejemplo, si se realiza entre las semanas 5 y 6 de gestación puede ayudar a comprobar si el embarazo sigue su curso de forma adecuada: es posible que solo se pueda ver el saco gestacional (en el que está creciendo el embrión) y el saco vitelino (positivo durante el embarazo temprano, ya que permite al médico confirmar el embarazo).

Aún en estas semanas es posible que el bebé no sea del todo identificable. O que aún no se detecte el latido de su diminuto corazón. Si es así no debes preocuparte, ya que en muchos casos suele ser algo totalmente normal. Por ello, si la ecografía se realiza entre las semanas 6 y 7 de gestación, es posible que se detecte el latido, y que el bebé (aún denominado embrión) mida casi 9 mm de longitud.

Cuando la ecografía se realiza entre las semanas 8 a 11 de gestación se observará al bebé en crecimiento. Ya durante esta etapa se podrían ver algunas características identificables, como: cuerpo, cabeza, brazos y piernas. Además, se podría observar cómo se mueve con bastante facilidad en el interior del saco gestacional.

Ecografías en el embarazo

¿Por qué la ecografía del primer trimestre es importante?

La ecografía del primer trimestre de embarazo es una prueba fundamental que, en primer término, ayudará al ginecólogo a saber si el embarazo ha empezado bien, o si por ejemplo existe alguna anomalía que esté impidiendo que éste se produzca con normalidad. Por ejemplo, sobre todo durante las primeras semanas (después de la confirmación del embarazo mediante la prueba de orina o de sangre), puede detectar la existencia de un ‘huevo huero’ o cualquier otro problema que hace que la gestación sea inviable.

Pero, además, es fundamentalmente útil por los siguientes motivos:

  • Para establecer una fecha correcta del momento en el que se produjo la concepción, determinando qué tan avanzada se encuentra la gestación.
  • Evaluar el tamaño del bebé y las características del saco gestacional, como su apariencia y tamaño.
  • Detectar los latidos del corazón, los cuales pueden verse tan pronto como en las semanas 5 a 7 de gestación.
  • Confirmar que el bebé está creciendo en el interior del útero (y descargar que no lo está haciendo en cualquier otra estructura, como por ejemplo podría ser la trompa de Falopio).
  • Evaluar la presencia de bebés múltiples, sobre todo en mujeres que se sometieron a un FIV u otro tratamiento de fertilidad.
  • Determinar y establecer el riesgo de aborto espontáneo o pérdida de embarazo, en función de la presencia de anomalías que aumenten el riesgo de aborto en la mujer.
  • Evaluación de los ovarios y el útero, con el fin de detectar anomalías, como quistes ováricos o fibromas.

Por otro lado, la ecografía también es especialmente útil cuando existe dolor abdominal o sangrado vaginal durante el embarazo, pudiendo ayudar a diagnosticar -o descargar- la posible existencia de problemas.

Originally posted 2019-07-12 21:52:18.

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