Incluso antes de que la prueba del embarazo dé positiva, algo que suele ocurrir incluso unos días antes de la primera falta del período (esto es, a partir del día en que la menstruación te debería de haber llegado), el embrión está comenzando a hacer grandes movimientos en lo que a su desarrollo se refiere. uno de los más importantes es el desarrollo de su sistema nervioso. Te explicamos cómo se realiza y en qué consiste.
El sistema nervioso fetal, entre el que nos encontramos tanto con el cerebro como con la médula espinal del bebé, es uno de los primeros sistemas de su pequeño cuerpecito en formarse y desarrollarse. De hecho, está incluso muy avanzado antes de que te des cuenta de que te has quedado embarazada.
Las partes del cerebro del bebé
Antes de entrar de lleno en cómo se produce el desarrollo del cerebro del feto es interesante hacer una introducción rápida a la anatomía del cerebro del bebé. Existen cinco regiones diferentes de suma importancia, cada una responsable de distintas funciones:
- Cerebro: Es la parte más grande, y es el responsable de pensar, recordar y sentir. Aquí es donde reside la corteza cerebral, así como sus diferentes lóbulos, entre los que destacan los lóbulos frontales y temporal.
- Cerebelo: Es el área encargada del control motor.
- Tronco encefálico: Es el ‘motor’ que impulsa muchas de las funciones vitales para el feto, entre las que destacan la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración.
- Hipotálamo: Es un área fundamental que se ocupa de las emociones, el sueño, la temperatura corporal, el hambre y la sed.
- Glándula pituitaria: Es una glándula verdaderamente pequeña, del tamaño de un guisante, que libera hormonas en el cuerpo. Estas hormonas son las responsables del crecimiento y del metabolismo, entre otras importantes funciones.
Primer trimestre: cuando el bebé empieza a moverse
¿Sabías que apenas 16 días después de la concepción ya se ha formado el tubo neural a partir del cual se formará el cerebro y la médula espinal?. Poco a poco empieza a crecer más y a plegarse sobre sí mismo, hasta que termina por plegarse y convertirse en una ranura, la cual acabará por convertirse en un tubo (el tubo neural).
Una vez que el tubo neural se cierra, algo que ocurre entre la semana 6 y 7 de embarazo (por este motivo es fundamental tomar vitamina B9 o ácido fólico y vitamina B12 desde incluso antes de la concepción), se curva y se abomba en un total de tres secciones: cerebro anterior, mesencéfalo y cerebro posterior.
Justo en la parte del cerebro posterior encontramos la parte que pronto se convertirá en la médula espinal del bebé. Y, más tarde, estas áreas formarán las cinco regiones diferentes del cerebro con la que habitualmente estamos más familiarizados: el cerebro, el cerebelo, el tronco encefálico, el hipotálamo y la glándula pituitaria.
A su vez, las diferentes células neuronales especiales empiezan a formarse, y se mueven a lo largo del embrión con el fin de formar el comienzo de los nervios: el sistema nervioso del bebé se encuentra formad por millones y millones de neuronas; a su vez, cada una de estas células microscópicas posee ramificaciones entre ellas para que puedan conectarse y comunicarse entre sí. Todo ello da lugar a las primeras sinapsis del bebé; es decir, las neuronas del bebé empiezan a comunicarse y a crear movimientos fetales tempranos (como, por ejemplo, enroscarse y ponerte en la típica posición fetal).
Alrededor de las 8 semanas de embarazo el feto comienza a mover sus extremidades, y casi al mismo tiempo comienza a desarrollar el sentido del tacto.
Su desarrollo en el segundo trimestre
Durante el segundo trimestre de embarazo el cerebro del bebé dirige una serie de contracciones constantes del diafragma y de los músculos del pecho. Alrededor de la semana 16 de embarazo comienzan a producirse dos impulsos fundamentales: el impulso de succión y de deglución. Además, a las 21 semanas el bebé ya tiene una serie de reflejos naturales que le llevan a tragar una cantidad diversa de líquido amniótico.
Es muy habitual que, alrededor de la semana 18 de embarazo, la embarazada sienta las primeras patadas del bebé. Y, casi al mismo tiempo, los nervios del bebé se cubren de mielina. La mielina consiste en un aislamiento protector el cual posee la capacidad de acelerar los mensajes entre las distintas células nerviosas. Y al rededor de las 24 semanas ocurre otro reflejo importante: parpadear.
Al final del segundo trimestre de embarazo el tronco cerebral del bebé está casi completamente maduro. Ya descansa justo por encima de la médula espinal, pero aún por debajo de la corteza cerebral, que es la última área en madurar.
No obstante, el sistema nervioso fetal se ha desarrollado lo suficiente como para que el bebé pueda sobresaltarse ante la presencia de ruidos fuertes que se producen fuera del útero de la mamá, y puede girar la cabeza hacia el lugar donde se producen los sonidos. Alrededor de la semana 28 la actividad de las ondas cerebrales fetales comienzan a presentar ciclos del sueño, incluido el REM (la etapa en la que se produce el sueño).
Tercer trimestre: el cerebro del bebé crece
Desde el final del segundo trimestre de embarazo el cerebro del bebé crece rápidamente, triplicándose además su peso, alcanzando los casi 283 gramos que tendrá al final del embarazo (de los 99 gramos que tenía hace apenas unas semanas).
A la misma vez, el cerebelo continúa desarrollándose, aunque este desarrollo es mucho más rápido, tanto que su área de superficie aumenta 30 veces.
Y, sorprendentemente, aunque la corteza cerebral es un elemento fundamental que también se desarrolla rápidamente durante la gestación, lo cierto es que solo comienza a funcionar al poco que el bebé nace a término, y madura de forma constante y gradual en los primeros años de vida. Por este motivo es tan importante mantener un entorno enriquecedor y estimulante alrededor del bebé.
Originally posted 2019-07-18 14:36:03.